martes, 17 de junio de 2025

La importancia de calibrar el vocabulario: hacer una pintada no es un atentado, señor presidente del gobierno de España.

 Ayer el presidente del gobierno de España, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón dio una rueda de prensa con motivo de la expulsión y dimisión del número tres del gobierno, don Santos Cerdán. No entro a valorar lo mucho expresado por Pedro Sánchez pero me llamó la atención esa crítica que hacía hacia los partidos de derechas en el sentido de no haber condenado los atentados y ataques a las sedes del PSOE. 

Creo que en un país como España llamar ataque o atentado a que uno, dos o tres personas, de forma anónima, vandalicen una sede de un partido político, de noche, consistente en escribir con un bote de pintura de spray algún que otro insulto no es muy exacto y roza, por otra parte, la mentira y la ofensa hacia las miles de víctimas del terrorismo. Cuando digo una, dos o tres personas lo único que hago es hipotetizar porque nadie ha informado al respecto. Además, parece ser que estos actos vandálicos se han repetido un buen número de veces. 

Lo que hago no es justificar, blanquear ni nada que se le parezca. Es sencillamente una llamada de atención sobre la importancia de calibrar el vocabulario y, con especial relevancia si se trata de un cargo público. Se podría traer a colación que los socios que le permiten al presidente del gobierno gobernar son precisamente algunos de los líderes de formaciones políticas y de un grupo terrorista, Eta. Uno de ellos estuvo condenado y cumpliendo condena por esa causa. Aunque sólo fuera por esos cientos de asesinados no se debería decir esa barbaridad: hacer una pintada no es un atentado, señor presidente del gobierno de España.

martes, 6 de mayo de 2025

Churro grande, churro pequeño...

 Deben ser como las ocho de la mañana. Churrería en ciudad mediana con mucha clientela. Una mujer de unos setenta y pico está sentada en un taburete en la barra. Es clienta habitual. Llega un hombre de algo más de sesenta, también es cliente habitual. Les ponen el café directamente porque los conocen. Esperan a que lleguen las bandejas ovaladas metálicas con el churro correspondiente. Uno es grueso y otro fino. La señora pregunta al camarero que si no los tiene finos. Le dicen que ya no quedan más que se tiene que esperar unos minutos. El hombre le dice:

-Señora, perdone, yo si quiere se lo cambio. Yo prefiero los grandes.

-Ah, pues sí. Es que tan gordo, si no tiene na más que masa...

Se los intercambian y se dan las gracias mutuamente. El camarero da el periódico provincial gratuito al hombre, como cada mañana, entre lunes y viernes. La señora lo rechaza con una leve negación de cabeza, mientras muerde su churro fino, sin tanta masa.

sábado, 5 de abril de 2025

¡Tanto tiempo sin escribir públicamente! Abril de 2025.

 ¡Tanto tiempo sin escribir públicamente! Abril de 2025. Sí, me gusta hacerlo pero no siempre lo hago. Ahora, tras este tiempo que se me hace atroz en muchos sentidos, doloroso y hasta incomprensible, me planteo si merece la pena, si tiene sentido, si no es mejor coger un buen libro y meterse dentro, entre las líneas, y  hasta dentro de esas palabras, en lugar de hablar casi a solas. 

Lo cierto es que son tantas las ideas que me han ido viniendo, tantas las pequeñas historias, tantos los cortos relatos, tantas las vivencias, tantas las reflexiones que no sé por dónde tirar. Parecería lógico que intentara defenderme de insultos y acusaciones vertidas por personas que se esconden detrás de un apodo y un dibujillo en las llamadas redes, verbigracia, la onomatopeya del reloj, pero, sinceramente, no me merece la pena dedicarles mi tiempo y mi trabajo. 

Sí que observo el grado de desconocimiento de un gran número de personas, la facilidad para intentar humillar y descalificar y lo extraño que es que te eliminen un mensaje por decir, por ejemplo "esa boca" a una persona que maldice a las madres de determinado grupo social o que blasfema. Pero bueno, así está el patio, con gente defecando verbalmente sobre los progenitores de otros anónima e impunemente, mientras a otros se les tapa la boca.