Cuando estudiaba griego el padre escolapio que nos daba la clase de esta difícil asignatura nos enseñó una frase que, al principio, me pareció con poco sentido. Decía su traducción "difícil es lo bonito" y creo recordar que se pronunciaba "jalepá tá calá" o algo así. Si no recuerdo mal se quedó como frase emblemática o identitaria de ese pequeño grupo de alumnos.
Pronto empecé a copiar esa frase con el alfabeto cirílico en mis cuadernos y papeles y hasta en el cemento en la acera de mi casa.
Ahora, de vez en cuando, me acuerdo de esa frase y la siento como llena de significado. La aplico mentalmente a situaciones que vivo y me reconforta recordarla...difícil es lo bonito.