La Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha en Ciudad Real humilla a unos propietarios...En el transcurso de los trámites burocráticos por un vallado y una denuncia, el instructor de la Consejería de Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, José Luis Muñoz Soto (creo que se llama así), primero acusó a uno de los propietarios de haberse estado aprovechando toda la vida de un bien que no les pertenece. Curiosamente este abogado y encargado de temas legales de dicha administración ni conocía el lugar ni la problemática pero ya hacía sus juicios de valor descalificatorios. Después haría lo propio por escrito, con expresiones humillantes e insultantes. Tras ser recusado, en lugar de rectificar y pedir perdón sencillamente se aplicó jurisdicción utilizada con motivo del golpe de estado del 23-F...Curiosa forma de tratar a unos ciudadanos que han vallado una pequeña finca, por cierto, pidiendo permiso y con el único fin de protegerla de muchas amenazas y delitos que se vienen cometiendo desde hace ya demasiados años.
Aunque existe jurisprudencia que establece que la administración ni puede multar ni obligar a retirar un vallado de una vía pecuaria hasta que no se deslinde, se sigue adelante con el expediente, con una multa cuantiosa, superior en realidad al valor de ese terreno.
Ya en esta tesitura, se puede acudir a la vía judicial...o pagar y retirar la valla. Y en esas estamos. Ya hemos pagado y retiraremos la valla pero la humillación, el desprecio, el maltrato institucional, la aplicación de una legislación desproporcionada, el saltarse leyes como el libre acceso a la información y la falacia y mentira de la imposición de la multa son sencillamente una humillación. No pasa nada. En realidad, se trata de los insultos de un funcionario, del mal hacer de un conjunto de personas y de una de esas situaciones en las que todo el mundo parece mirar para otro lado. La Consejería de Agricultura debería dar ejemplo y hacer las cosas bien porque, sencillamente, para eso está. No se puede ir "atropellando" a gente que precisamente lo que quiere es hacer las cosas bien...y que luego veamos tanta tropelía por todas partes y que no pase nada. Después vienen los discursos, las palabras bonitas, las promesas...pero la realidad es que nos han humillado y hecho sufrir durante demasiado tiempo. Nos queda el recurso del pataleo, el intento de desahogarnos y la convicción de que en todo momento hemos intentado hacer bien las cosas, que incluye, por supuesto, el respeto yla disposición al diálogo y a la rectificación. No puede decir lo mismo la Consejería de Agricultura cuando obra como ha obrado.