martes, 27 de abril de 2021

¡Demasiado revuelo por unos anónimos y una navaja!

 Sí, definitivamente, y sin paliativos, el que estas palabras escribe, está totalmente en contra de cualquier tipo de violencia y de amenazas. Sin embargo no entiendo qué tipo de políticos prefieren hablar de algo tan, lamentablemente, cotidiano, como unas amenazas por carta, anónimas, en lugar de ceñirse a sus obligaciones presentes y, sobre todo, futuras. Ya se ha dicho hasta la saciedad quiénes eran los culpables, e incluso, los responsables: determinado partido político al que se identifica con el fascismo. No había pruebas pero se insinuaba o afirmaba abiertamente que ese grupo estaba detrás. 

Cuando se descubre que uno de esos envíos tan desafortunados e improcedentes provienen de una persona con problemas mentales, se argumenta que en realidad son el fruto de unas semillas previamente plantadas. Curiosa explicación de esa actitud delictiva. Ya se ha trazado la trayectoria completa, la genealogía, de unas formas concretas de hacer política...

¿No será que, a falta de argumentos sólidos, de un discurso bien elaborado con datos fiables, creíbles y proyectos, se recurre a estas estrategias de distracción? ¿No es añadir más leña al fuego? ¿No se producen, a diario, amenazas, por desgracia? 

A mí, sin ir más lejos, el verano pasado, un agricultor de Villarrubia de los Ojos me amenazó con un tractor, arremetiendo a toda velocidad contra mí, dentro de una finca de mi propiedad, frenando de golpe y quedándose a escasos cinco centímetros de mi cuerpo. La Guardia Civil, es decir, un cabo y un guardia, cuando llegaron, no me hicieron ni caso. Lo peor es que la jueza de Daimiel, tampoco. Archivó mi denuncia. Eso es más grave que el envío de una navaja con sangre en una carta. Pero, me alejo un poco en el tiempo. En Navas de Estena tirotearon la casa del alcalde, de noche, mientras dormía con su familia. No pasó nada. Claro, era de Izquierda Unida. Hace poco le prendieron fuego a los exteriores de la casa rural que tiene...Tampoco pasa nada.

Como decía, amenazas, por desgracia, se producen a diario. Hay quiénes tienen una seguridad extraordinaria, de manera que no parece que haya que darle tanta importancia. ¿Lo estoy justificando o legitimando? De ninguna manera. ¿Lo estoy normalizando? Falso.

Contaré otro caso. Acaban los procesos selectivos para el acceso al Cuerpo de Maestros. A algunos miembros de un tribunal les llega una carta sin remitente. Son amenazas de muerte. Les dicen que, lógicamente, tienen sus direcciones. A una de las profesoras, embarazada de casi ocho meses, le dicen que le van a pegar una patada en la barriga para que aborte. A otro, que lo van a matar...Nada, no pasa nada. El entonces delegado provincial en funciones, concretamente, el secretario general, no hace nada. Casi se podría decir que ni se inmutó. Se interpusieron denuncias. Nada. Se sabía quién había sido pero...

Yo creo que habría que serenarse, respirar profundo, pensar en lo que verdaderamente importa a las personas para estos cuatro años y dejar de insultarse y descalificarse unos a otros.

Y, por supuesto, investíguese y persígase a los culpables y a los responsables, pero que haya un juicio justo y no un aluvión de acusaciones en falso y de justificaciones sin sentido.

Y, como decía al principio ¿cómo no voy a empatizar con las personas que han sufrido amenazas, si las he sufrido en mis carnes? 

Por último, sería curioso que los políticos hablaran abiertamente de este oscuro tema de las amenazas. Los políticos y quiénes no lo son. Podrían hablar los policías, los jueces y todas las personas, hombres y mujeres que las vienen sufriendo, más o menos en silencio. Quizás entonces merecería la pena que los ministros y ministras y la clase política y judicial hablaran en voz alta y clara, preferiblemente, en período no electoral.

Se cazan más moscas con miel que con hiel, dice un refrán español.

 Se cazan más moscas con miel que con hiel, dice un refrán español. Pienso que es aplicable a lo que está pasando en la política española, en particular en lo concerniente a las elecciones municipales de la Comunidad de Madrid. 

El uso de palabras tan fuertes como "odio", "delito" y similares no está, a mi modesto entender, justificado y puede suponer que se generen efectos negativos añadidos.

La instalación de unos carteles de grandes dimensiones sobre el supuesto coste del mantenimiento de los llamados "menas", menores no acompañados, y la retahíla de críticas, comentarios y acusaciones de todo tipo van en esa dirección. No me parece adecuada dicha forma de hacer política pero tampoco el enfoque y las maneras de rebatirla.


viernes, 23 de abril de 2021

La maillotización, una moda que se está implantando rápidamente...

 La maillotización, vaya palabro, podría ser definida como la utilización de prendas de vestir elásticas, muy ceñidas al cuerpo, especialmente como pantalones. Parece ser que se ha extendido mucho su uso en los últimos años, coincidiendo con un período económico de crisis económica y laboral y de proliferación del deporte también entre las mujeres.

De un tiempo a esta parte, al salir una tarde de paseo, a trabajar, a pasear al perro (otra moda generalizada bastante reciente), de compras o a tomar algo, lo que podemos ver es a un número creciente de hombres y mujeres que van y vienen con esos atuendos, supongo que deportivos. ¿Qué tienen de particular? Pues nada, que son sintéticos, que son elásticos, que se ajustan al cuerpo de manera muy precisa, que predominan los negros con coloraciones bastante llamativas, con aspecto brillante...y nada más.

Al tacto son suaves, como deslizantes. Parece que son cómodos, ligeros, agradables de llevar...Personalmente no les encuentro ningún atractivo pero, lógicamente, nada tengo que objetar.