Yo era un adolescente cuando aprendí de un compañero de 8º de EGB lo que significaba eso de hacer leña del árbol caído. Hizo una exposición brillante y se me quedó grabado.
Ahora, cuando veo a los aduladores de ayer, por no utilizar otros vocablos más soeces y cotidianos, haciendo leña a destajo, pienso en lo tornadizos que somos, en general.
Veamos. Libros y documentos que criticaban con datos muy sólidos al rey emérito Juan Carlos I los conozco yo, que nunca me he preocupado especialmente de este tema, al menos desde 1999. Estoy hablando de un libro del periodista Luis Cacho. En fin, más de veinte años después, es decir, más de veinte años después de mirar para otro lado y de no querer saber o decir lo que se sabía, llega el momento de la crítica feroz. Y digo feroz porque -independientemente de que sea merecida-no se aplica, sospechosamente, esa energía y esa contundencia hacia otras personas de la escena política, empresarial, pública o privada.
Un presidente de una comunidad autónoma tan mediático y hasta histriónico debe saber mucho más que yo, maestro de escuela y aprendiz perpetuo. Recuerdo sus elogios y hasta sus bufonadas hacia el rey. Ahora, todo lo que de positivo pueda haber, se ignora. Se enfatiza lo negativo sin consideración alguna.
-Paco, ¿no estarás defendiendo el delito?
-No, estoy defendiendo otra cosa, aunque creo que no lo voy a saber explicar.
-Es que, vaya tela, fíjate, ¡es tremendo!
-Sí, sí, claro.
Podría ser un breve intercambio de impresiones.
Dice Revilla que una persona que hablaba en los momentos más importantes del año y que decía que hay que cumplir las normas y tal y cual...Pero, si nos paramos a pensar en el largo listado de políticos, empresarios, artistas y demás que han sido objeto de investigación, de juicio y hasta de cárcel, veremos que ya es difícil recordar cuántos y cuan variados y variadas son. Pero, ¿cuánto se les ha criticado?. Y ahora, si esas personas, u otras, o nosotros mismos, hubiésemos habitado entre esas paredes palaciegas ¿qué habríamos hecho? ¿No estaremos viendo la paja, aunque sea presumiblemente grande, en el ojo ajeno y obviando la viga en el propio?
Yo prefiero no tener amigos, conocidos o admiradores como Revilla y tantos otros.