sábado, 29 de febrero de 2020

Cuando las formas inadecuadas reflejan el interior.

Una vez una mujer me dijo que no se puede caer bien a todo el mundo y que, en la misma medida, no todo el mundo nos puede o tiene que caer bien. La reflexión se fue haciendo cada vez más concreta, con ejemplos propios y ajenos. Así, surgieron en la conversación los casos de las personas que, dicho de alguna manera, "no saben", es decir, en realidad, por diferentes causas no son capaces de comportarse de una manera, digamos, respetuosa. Por otra parte estaban los que no querían, es decir, las personas que, sabiendo, no se comportan de una forma adecuada. Y la experiencia, el día a día, un mínimo de observación bastan para captar las diferencias. ¿Cómo explicar las grandes diferencias entre unas situaciones y otras de algunas personas y en algunas circunstancias? Así, esas personas que pasan por ser muy simpáticas, muy amables, muy...¿cómo pueden cambiar tanto en segundos?¿cómo se transforman en apenas unos centímetros de distancia? Todo en esta vida parece ser que tiene explicación.
Muchos años más tarde, con motivo del movimiento llamado 15-M un amigo me habló de un concepto que yo no conocía: el atasco o tapón emocional. Me puso algunos ejemplos. Me sirvió para identificar situaciones y vivencias, también propias y ajenas.
Lo cierto es que la híper-actuación y la actitud contraria son buenos indicadores de la realidad. De alguna manera, reflejan el interior, lo dibujan, me atrevería a decir, que con un estilo desgarradoramente hiper-realista.

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