Hace muchos años. A nuestra clase llegó un alumno que era, a todas luces, mucho mayor que nosotros. Estábamos tan acostumbrados a que no nos dijeran la verdad como a que nos mintieran. Empecé a atar cabos. Un día se dio la vuelta y me dijo:
¿Qué? ¿qué te pasa a ti? ¿te pasa algo?
Y me apretó con un lápiz en la garganta, haciéndome mucho daño. Me dijo que me mataba si hablaba.
Un día lo vi en la calle, saliendo de una cabina de teléfono muy nervioso con otras personas, colocando bolsas con un producto blanco como si fuera droga. Le dije hola y creo que me contestó de mala gana.
Después de muchos años supe que era una práctica relativamente frecuente.
Me parece lamentable por más vueltas que le doy.
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