Es curioso que hace unos días el ex-presidente de la Generalidad de Cataluña, Joaquín Torra, mencionara al rey emérito, Juan Carlos I de Borbón como huído y sin embargo olvidara decir que él precisamente ha ejercido las funciones porque su antecesor, Puigdemont, escapó rápidamente de la Justicia, parece ser que metido en el maletero. Y algo muy parecido hicieron otros tantos cargos públicos catalanes. Sin embargo, si ya es suficientemente aclaratorio su olvido, volvió a equivocarse ya que el rey no ha huido sino que, ejerciendo el derecho que tiene, viajó libremente al extranjero.
Pero más me viene sorprendiendo que durante estos tensos meses haya habido tantas críticas y falsedades sobre este acto, exento por el momento de trascendencia política. Pero es más, es que los que critican semejante acción casi con seguridad, habrían pedido que el rey se exiliara, de no haber optado por esa salida. Y desde luego, faltan a la verdad al expresarse en los términos en los que lo hacen.
El olvidadizo Torra ve la paja en el ojo ajeno y no ve la viga en el propio. El sustituto de un fugado critica la salida legal del rey emérito.
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