Hace unos días se supo que los líderes del partido político de izquierdas "Podemos" Pablo Iglesias e Irene Montero se habían comprado una casa y un terreno en la sierra de Madrid, concretamente en Galapagar. Se ha hablado del precio, superior a los 600.000 euros y de la hipoteca que tendrán que pagar durante 30 años, a razón de 800 euros al mes cada uno.
Las críticas no se hicieron esperar. Tampoco los apoyos de Pablo Echenique y de Juan Carlos Monedero. Las explicaciones de Irene Montero fueron, sencillamente, decepcionantes, no contestando a la pregunta y hablando de otras realidades, como la del entonces ministro Luis de Guindos.
En apenas unos días es mucho lo hablado y escrito sobre tan irrelevante como muy descriptivo episodio de la vida política española. Es irrelevante el hecho de que dos políticos del primer nivel, líderes de uno de los partidos políticos más importantes de España, se compren una casa. Pero es tremendamente descriptivo que esa casa tenga un coste tan elevado cuando se lleva desde que eran jóvenes militando en partidos de ideología comunista. Su partido, de escasa trayectoria histórica, se define como de izquierdas y una de sus banderas ha sido la de la diferenciación con respecto a la llamada "casta", es decir, el resto de partidos políticos con representación parlamentaria e institucional.
Hemos oído tantas veces oír hablar a Pablo Iglesias sobre las grandes diferencias entre él y su partido con respecto al resto; tantas veces hablar de su lugar de nacimiento, un barrio obrero de Madrid como Vallecas; tanto hablar de las formas de vida de los de arriba y los de abajo, de las posibilidades de los trabajadores frente a la gente más acomodada...tanto hablar y tanto criticar para irse a vivir a cuarenta kilómetros de Madrid, en la sierra, en una casa muy grande con una parcela también considerable.
¡Esa es la cuestión! Que es legal, que es lícito, que tienen derecho, que no va en contra del código ético de Podemos, que ellos no especulan, que...Pues que no cuadra y hasta chirría. Y no es que, como dice Monedero, a la defensiva y en plan calamar expulsando tinta, no queramos que los hijos de los obreros no vayan a la universidad (¿qué tendrá que ver? ¿de dónde se habrá sacado el profesor universitario semejante estupidez, una persona tan inteligente y formada?) es sencillamente que se le están aplicando las mismas críticas que ellos aplicaban. Se les está pasando por el mismo rasero.
Otro tema bien distinto es que haya quiénes se hayan extralimitado abiertamente en, por ejemplo, filtrar unas ecografías. No entiendo el sentido de tal acción ni el interés que pueden tener esas pruebas para el público en general. Y algún día, por cierto, habrá que hablar del curioso eufemismo de las "filtraciones"...Tanta porosidad resulta sospechosa frente a una estanqueidad preocupante en otros temas. En la misma medida, que se revele la dirección concreta del nuevo lugar de residencia tampoco parece adecuado...aunque estamos en casos similares o muy parecidos al de los famosos y polémicos escraches, con todas las diferencias que haya que establecer.
Tampoco me parece correcto que se haya puesto una pancarta en la casa, parece ser que por parte de Vox.
Y una cosa nada tiene que ver con la otra. Unos hechos los han realizado, o cometido, unas cuantas personas y las críticas es casi seguro, que son generalizadas. Y eso no supone, bajo ningún concepto, como ha dicho la portavoz de Podemos en Castilla-La Mancha, María Díaz, que los que nos hemos sorprendido desagradablemente con la compra de Iglesias y Montero de un chalet de 600.000 euros, no queramos que se hable de otra cosa. Es sencillamente, más tinta del cefalópodo en plena retirada.
Y en la misma medida, tampoco entendemos muchas personas la similitud apuntada por un miembro del PSOE de Castilla-La Mancha entre María Dolores de Cospedal y Pablo Iglesias e Irene Montero. El hecho al que se califica de similar es que María Dolores de Cospedal se compró un cigarral en Toledo...Creo que son realidades completamente diferentes.
En el extremo opuesto estaban Kichi, alcalde de Cádiz, de Podemos, y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona de "Barcelona en Comú"...con argumentos más acordes a sus ideas.
Ayer, sábado por la tarde, 19 de mayo de 2018, leí un correo de Podemos que, para complicar la situación, venía a echar la culpa de todo lo ocurrido al hecho de militar en Podemos, otra doble ración de victimismo en su tinta...¿roja? Yo creo que gris cieno, sinceramente. El título era muy elocuente: "No te metas en política. Primer aviso". Lamentable, sin más comentarios, y sin firma, por otra parte.
Pero lo mejor vino cuando, al cabo de unas horas, escuché en la radio que ambos líderes políticos se sometían a la voluntad de los militantes en una consulta a las bases. Me recuerda a la dimisión de Felipe González del congreso de Suresnes, el el XXVIII Congreso del PSOE, allá por 1979 ...
Yo, como ciudadano de a pie, no me siento reflejado en las críticas vertidas por los defensores de Pablo Iglesias e Irene Montero. Me da igual lo que hagan pero desde luego no me parece coherente lo que han hecho Iglesias y Montero y han perdido una parte muy importante de su credibilidad...que ya era escasa. Me recuerda demasiado a los 400.000 euros de Monedero y la defensa de Pablo Iglesias con su escueta frase: "se paga muy bien la asesoría internacional".
Por cierto, Pablo Iglesias ha ido de "obrerete" -con todo respeto hacia los obreros, como hacia cualquier profesión- por haber nacido en Vallecas, y por la ideología y militancia de sus padres en partidos de izquierda e, incluso de ultra-izquierda, pero en realidad sus padres tenían estudios superiores ya en los años setenta del siglo XX, nada común y nada obrero por esas fechas, sino todo lo contrario. Su realidad familiar, aunque vivieran en Vallecas un tiempo no era verdaderamente la de una familia obrera. ¡Aposematismo político, una vez más!
Por cierto, Pablo Iglesias ha ido de "obrerete" -con todo respeto hacia los obreros, como hacia cualquier profesión- por haber nacido en Vallecas, y por la ideología y militancia de sus padres en partidos de izquierda e, incluso de ultra-izquierda, pero en realidad sus padres tenían estudios superiores ya en los años setenta del siglo XX, nada común y nada obrero por esas fechas, sino todo lo contrario. Su realidad familiar, aunque vivieran en Vallecas un tiempo no era verdaderamente la de una familia obrera. ¡Aposematismo político, una vez más!
Desde el punto de vista ambiental, tampoco parece una decisión de verdadero convencimiento ni compromiso ecológico el irse a vivier a la sierra madrileña. No sabemos lo que opinan sus amigos y socios políticos de Equo, especialmente el número uno, Juancho López Uralde.
En fin, que cuando se habla hay que tener cuidado porque, como se acostumbra a decir, se suele caer en medio...
¡Vallecas, querida y repetida y hasta cacareada, sí hubiera sido una opción ejemplar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario