Ya sabemos lo que le ocurre a
Willy Toledo. Tras analizar su conducta, todo parece indicar que sufre un atasco
intestinal total, lo que le produce esa expulsión masiva de heces por vía oral.
Algunos expertos consultados,
católicos, musulmanes, protestantes y de otras religiones, pero, sobre todo,
agnósticos, están de acuerdo y afirman que, antes de optar por una intervención quirúrgica o por
la ingesta de medicamentos por cualquier vía, oral, intravenosa o anal, debería
iniciar una terapia seria, cuyo primer paso es pedir perdón y, de alguna
manera, canalizar su ira de forma más precisa.
Por otra parte hay quiénes han
apuntado que no ofende quién quiere… pero, sinceramente, son más las personas
que se sienten humilladas por las blasfemias proferidas intencionadamente por
el actor.
También hay alguna persona que
argumenta que, aún pudiendo tener en consideración la gran capacidad de
defecación de Willy Toledo, lo que podría llegar a hacer sería el equivalente a
la deposición de un ejemplar de micro-plancton en el conjunto oceánico mundial,
algo totalmente insignificante, por mucho que se empeñe en engrandecer sus
heces.
Es destacable la escenificación
de la rueda de prensa, precisamente en una iglesia, con un Cristo crucificado
detrás, cuando quizás debería haber escogido un lugar más profano, por ejemplo
la sede de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España,
o algún espacio acorde con su profesión, dónde es tan querido y apreciado, y
por eso le llueven los contratos.
En cuanto a Dios y la Virgen
María, aunque él no sea creyente, para muchas personas, millones de personas de
carne y hueso, con nombre y apellidos, son lo más importante de sus vidas. Esa
personas nada le han –o hemos- hecho para que nos falte así al respeto.
Si Willy Toledo apoya una pseudo
procesión o contra procesión en plena Semana Santa en la ciudad que con más
fervor y empuje se vive esta fiesta católica, Sevilla, allá él, pero si la
Justicia lo cita a declarar o le imputa, no vale esa falsa insumisión, que lo
único que podría suponer es constituir un delito.
Sería curioso si todo el mundo
que es citado a un juzgado optara por no ir por considerarse inocente, la
Justicia se parecería mucho a un teatro al que
solo va quién quiere.
Yo creo que los actos contra la
Semana Santa de Sevilla no son el camino correcto. Son abiertamente, una
provocación que conduce a la confrontación total. Es respetable el ateísmo
tanto como la religiosidad, claro, pero organizando sus manifestaciones en otro
lugar y a otra hora, así de fácil.
Tampoco creo que esas
barbaridades –para los creyentes-o simples expresiones de mal gusto, de Willy Toledo, sean
propias de una persona culta o, como mínimo, que trabaja en el sector de la
Cultura, aunque sea con K de kilo, que sigue siendo cultura. Ni creo que sea ni
medianamente admisible ese intento de “ensuciarlo” todo y de dañar a tantas y
tantas personas.
Yo pienso que usted está
perdiendo el norte, que ataca por razones que desconozco y que sigue habiendo
demasiadas personas que le ríen las gracias, como si estuviera en un escenario
o en un plató, cuando en realidad está en la vida real, en la calle, haciendo
daño, provocando dolor.
No entiendo su actitud ni la de
las personas que le acompañaron. Seguro que usted no entiende la mía. Usted blasfema
en un país en el que millones de personas creemos y rezamos y nos santiguamos y
no tenemos ni por qué avergonzarnos ni escondernos ni callarnos cuando se nos
quiere ridiculizar.
Hay una leyenda japonesa sobre el
honor de los samurais que seguro que conoce mejor que yo. Usted ha desenvainado
su espada…eso sólo le traerá dolor. Enfúndela y rectifique, y encontrará la
paz.
Por cierto, el algunos países hay
eventos dedicados a todo tipo de creencias, no creencias y prácticas, como
sabe. Me viene a la mente la celebración, en el desierto de Black Rock City, en
Nevada, de un festival del amor libre, el desnudo, el erotismo…Allí seguro que
triunfan con sus ideas, imágenes y discursos, con su gran vagina, o, en su
caso, su gran ano, si fuera el caso. Y si aparece gente por allí a boicotearles
su particular (parti…”cular”) fiesta, a mí me parecerá mal y escribiré un
artículo lo más sarcástico posible.
Porque muchos estamos, sobre todo, en
contra de la confrontación, como ahora.
Desde el respeto creo que debería
pedir sinceramente perdón y abandonar esa actitud tan polémica y defender de
otra manera sus ideas. Quizás así podamos disfrutar de su profesión otra vez.
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