martes, 26 de noviembre de 2019

Bono se sincera, o ataca, en Radio Nacional de España, hoy, 26 de noviembre de 2019, martes.

Voy conduciendo. Lloviznea. Cambio dos o tres veces de emisora. En Radio Nacional de España espero escuchar las llamadas "noticias" pero en ese momento comienza una entrevista al político José Bono Martínez. Como suele hacer, primero empieza a hablar de un tema, sin que se sepa bien dónde quiere llegar, para terminar dando el volantazo e impactar en sus particulares dianas. Así, diserta sobre la escasa soberanía del pueblo, tanto como para que el entrevistador le pregunte que si ha variado su opinión sobre el fenómeno y los participantes en el 15-M. Bono cuenta una anécdota de las suyas en las que asoma su ego, inicialmente camuflado. Arremete contra los "podemitas", contra los jóvenes que le gritaron que no les representaba, contra los policías que, para protegerlo, quisieron llevarlo al edificio que fue sede de la Dirección General de Seguridad pero, ¡lagarto, lagarto! era peor el remedio que la enfermedad, allí estaba Esperanza Aguirre.
Suelta el "ex-tantas cosas" (ex-presidente de Castilla- La Mancha, ex-ministro, ex-presidente del Congreso de los diputados...ex-candidato a secretario general del PSOE y a presidente del gobierno de España...¿ex-buen chico de derechas?) ... que en España no se lee, curiosamente cuando está promocionando su último libro. En realidad es un ataque a los independentistas catalanes. Resuelve la ecuación con un par de citas, cubriéndose de ese halo de intelectualidad y autoridad moral de la que suele hacer gala. Choca esa afirmación viniendo de un político que, durante tantos años, ostentó el poder y que, entre otras cosas, mandó a la imprenta auténticos pestiños auto-laudatorios, por no hablar del ladrillo de sus discursos, que también fue enviado a escasos días de unas elecciones hasta el último rincón de esa región llamada Castilla-La Mancha, incluyendo a colegios públicos de Educación Infantil y Primaria en los que no había, precisamente, buenas bibliotecas escolares, sino todo lo contrario.
Abunda el autor del nuevo libro sobre su experiencia política en el gran poder de los líderes políticos, ensombreciendo así el altísimo respaldo dado por la militancia a la reciente consulta del PSOE sobre el pacto con Unidas-Podemos. Recuerda como ¡Felipe González lo mandó a Castilla-La Mancha!, dando a entender que el secretario general se lo quitó de en medio y lo mandó "a provincias". ¡Qué vergüenza, José Bono! Después añade algo así como que estuvo bien y que, por supuesto prefiere a Felipe González a otros. Pero dicho queda, lo ningunearon enviándolo a una comunidad autónoma como Castilla-La Mancha y, es de suponer que, él, José Bono, miembro del P.S.P. recién integrado en el P.S.O.E, esperaba y ansiaba algo mejor.
En fin, como tantas veces he dicho, nos dibujamos cuando hablamos. Llego a mi destino. Apago la radio. El programa seguía. Siguen cayendo unas gotillas finas de agua.

domingo, 27 de octubre de 2019

Sin los restos de Franco en el Valle de los Caídos...

Sin los restos mortales de Franco en el Valle de los Caídos está claro que todos nuestros problemas se solucionarán en muy breve tiempo. Las deficiencias y carencias en Sanidad, Educación, Servicios Sociales, Justicia, Medio Ambiente, Economía, Trabajo, Infraestructuras...¡Todo! Vivíamos una situación anómala desde hace 44 años que suponía un verdadero lastre para el verdadero desarrollo de España. Ahora ya sí se podrá dotar de personal altamente cualificado a nuestros centros de Salud y hospitales. No llegaremos nunca más a Urgencias y veremos habitáculos colapsados con nueve pacientes ni con los pasillos convertidos en consultas. Ahora en los centros educativos, el profesorado tendrá el número de alumnas y alumnos adecuado, y estarán dotados de medios físicos imprescindibles como calefacción, aire acondicionado, puertas y ventanas que aíslen....mobiliario adecuado, ¡como cualquier ayuntamiento, por ejemplo! El profesorado no tendrá que impartir asignaturas para las que no ha sido preparado ni tendrá que afrontar situaciones límite como viene ocurriendo con total normalidad.
La seguridad ciudadana, incluyendo a los profesionales que velan por ella estará garantizada...y el empleo, ahora sí, será pleno, respetuoso, promotor del bienestar y la felicidad humanas. No habrá paro ni acoso laboral ni explotación, ni picaresca, ni corrupción de ningún tipo.
Las libertades, hasta ahora seriamente comprometidas con la losa ideológica de Francisco Franco enterrado en el Valle de los Caídos, florecerán como magarza en primavera lluviosa. Ya no habrá censura, en ninguna de sus formas, ni se cerrarán nunca más medios de comunicación ni se premiará a los chicos buenos, que miran para otro lado frente al castigo a los díscolos, que llaman a las cosas por su nombre.
Ahora, la palabra Democracia cobrará su verdadera dimensión y su profundidad adecuada, y no el papel epitelial cuatrianual actual. 
Ya sin Franco, Francisco Franco Bahamonde, en el Valle de los Caídos, se acaba la infamia de la que habla el presidente del gobierno de España en funciones, Pedro Sánchez Castejón. Tras cuarenta y cuatro años de infamia -de los que más de la mitad han sido gobernados por presidentes del PSOE- ahora se hace justicia.
Los argumentos son de lo más variopinto pero, desde luego, sorprende que los porcentajes de personas que apoyan o no el traslado son tan elocuentes como para que no los hayamos escuchado hasta el día de autos: sospechoso cuando menos.
Se han dicho tantas falsedades, tantas imprecisiones, tantas tonterías...se han proyectado tantas imágenes fotográficas y documentales, se ha hablado tanto y con tan poco rigor, que todo ha sido un insulto. Ha sido un insulto a la verdad, a la Historia con mayúsculas, a la sensibilidad y a la reconciliación.
Y una cosa no quita la otra. Es cierto que hay personas que tienen sentimientos opuestos, hasta enconados, hacia Franco. Hay gente que manifiesta odio abiertamente o sencillamente, y con todo respeto, dolor. Pero ¿se les alivia ese malestar sabiendo que ahora sus restos están en otro cementerio?¿Son conscientes de que el olvidó casi generalizado en el que se encontraba "la cuestión" se ha activado? ¿Saben que cientos de miles de personas ahora irán a visitarlo, frente al desinterés anterior? ¿Se dan cuenta de cómo sin solucionar nada han empeorado algunas cosas? ¿No se han avivado recuerdos y sentimientos del otro bando?¿Y para qué? Para unos cuantos políticos puedan soltar sus discursos, cargados de demagogia pero, sobre todo, de verdades a medias, de mentiras y de estupideces.
De verdad, con todo el respeto hacia víctimas, hacia personas de ideologías contrarias, de sensibilidades diferentes, lo que ha ocurrido en España es sencillamente absurdo. Nadie se acordaba de Franco y ahora, todo ha cambiado. Se da una vuelta de tuerca más al enfrentamiento, se tensan las relaciones personales, sociales y políticas.
Lo dije hace tiempo por escrito y lo digo ahora, se está abordando nuestro pasado, nuestra Historia, con criterios totalmente equivocados. El colmo lo escuché en un informativo en el que se decía algo así como que se legislará la "apología del Franquismo" y se considerará delito, comparando el concepto con el nazismo. 
No merece la pena comentar, ni si quiera por pobres y penosas, las declaraciones de algunos políticos.
Desde luego la Televisión Española sigue regalándonos los informativos de las tres con imágenes de cadáveres de otras dictaduras, hoy, a medio día 27/10/2019 y con los de la Guerra Civil, víctimas de Yagüe, a propósito del nombre de un pequeño pueblo de Soria, en el de las nueve. Todo un ejemplo de saber hacer, de mesura, de objetividad, de sentido de la oportunidad y de la concordia. ¡Buen periodismo!¡Buena política informativa!
Así que me pregunto, una vez más ¿dónde quedan las libertades consagradas en declaraciones universales y en la propia Constitución Española?
Y esto es lo que trae mover cadáveres...¡que todo apesta!

jueves, 19 de septiembre de 2019

Sobre el llamado fracaso del presidente del gobierno de España en funciones.

En esta tercera semana de septiembre de 2019 hemos sabido, aunque ya lo intuíamos, que se repetirán las elecciones generales, celebradas el 28 de abril de este mismo año. En dos días he escuchado tantas veces la palabra "fracaso", sin haber estado demasiado conectado ni a la televisión ni a la radio que me ha parecido que debía dar mi opinión.
En primer lugar, para mí, la palabra "fracaso" es un tanto conflictiva y la considero tabú. La evito y pienso que se usa demasiado a la ligera, como tantas otras de nuestro rico idioma. Así, siento un verdadero rechazo al pseudo-concepto de "fracaso escolar", por ejemplo y ya he escrito en varias ocasiones sobre la cuestión.
De manera que, al escuchar el mencionado vocablo tan repetidas veces en boca de los adversarios políticos y de algunos analistas políticos lo primero que me vino a la cabeza es que si existía esa coincidencia semántica es que algo no cuadraba. Es decir, los mismos que no se han puesto de acuerdo para que haya un gobierno en España durante estos cuatro meses ahora hablan de "fracaso"... Resulta un tanto chocante, por no decir sospechoso.

Por otra parte, suena a cliché, a tópico, a lugar común, a coletilla, a una especie de "que en paz descanse... y que tanta gloria lleve como descanso deja". Es decir, ¡hablar de "fracaso" en esta coyuntura política es toda una genialidad! ¡Es de una finura, de una profundidad, de una exactitud!¡Puf!¡Qué genialidad!

O dicho de otro modo, ¿qué significa exactamente "fracaso" refiriéndose al presidente del gobierno de España en funciones?¿Que no ha sido capaz de formar gobierno sin contar con mayoría absoluta? ¿Que no ha sido capaz de alcanzar los pactos necesarios? ¡Claro, claro!
Pero, veamos. Parece evidente que la realidad electoral ha cambiado desde hace unos años. Del llamado bipartidismo -que no ha sido real en todos estos años, como se sabe-hemos pasado a un reparto de los votos y de los escaños más fragmentado. Y eso supone, de entrada, mayor complejidad y dificultad. No es lo mismo arreglar un plato roto en tres trozos que en trece, por ejemplo. Y esa es la nueva realidad. Ahora el PSOE y el PP, por el momento, tendrían que ponerse de acuerdo con varios partidos para formar gobierno, y no parece tan sencillo ni manejable.

¿Se puede hablar de fracaso porque el electorado se comporte así? ¿Es un fracaso que no se vote mayoritariamente a un partido o al otro? ¿No será que no creemos en la democracia ni en estas posibilidades que son legales y legítimas? Quizás vivamos un momento sencillamente excepcional o, por el contrario, puede que se trate del pan nuestro de cada día, a partir de ahora.

Ya sabemos el valor que tienen las encuestas, con ese toque final de "cocina" del que se viene hablando. También conocemos el valor de los análisis políticos y de las predicciones. A considerar, por si acaso, el peso inexorable del azar o del no azar, que puede cambiar la situación, a veces, de golpe. Desde luego, lo más seguro ahora mismo es, precisamente, la inseguridad, la impredictibilidad política y electoral.

Pero, volviendo al supuesto fracaso de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, nos podríamos hacer algunas preguntas. Una muy sencilla sería si con estos mimbres se puede hacer un cesto. Yo creo que si se habla de fracaso habrá que reflexionar, ejercer la crítica activa, introspectiva y retrospectiva y, porqué no, mirarnos al espejo. Cada persona que deposita un voto, de entrada, sabe lo que hace. Desde luego si entendemos y asumimos que todas las opciones son válidas, lícitas, legales, legítimas, respetables...no deberíamos luego echarle la culpa a una persona o a un partido. Si se añora el llamado bipartidismo, con algunos flecos o calderilla, por importante y respetable que sea, pues...está claro.

Si lo que se desea es que cambie la legislación electoral parece que eso no va a pasar mañana. En estos cuatro meses ha habido un gobierno en funciones. Se podrá hacer una valoración mejor o peor pero hablar de fracaso supone un reparto proporcional a todos los partidos y a todos los ciudadanos. Yo no considero un fracaso de Pedro Sánchez que haya elecciones. En realidad ese supuesto fracaso no es el fruto del momento, es fruto de temporada, que se ha venido cultivando desde hace ya unos años.
Lo que si parece claro es que se utilizará, más que políticamente, partidístamente, como pelota en cualquier juego, pero con muy poca enjundia. Lo importante sería pensar en el futuro y ver cómo se evita otra repetición electoral.

domingo, 25 de agosto de 2019

Aquella foto de un lince ...

Años setenta del siglo XX. Un internado religioso. Tiempos difíciles. Tiempos de cambios. Transición. Violencia. Miedo. Inseguridades, muchas, por todas partes. Incertidumbres. Esperanzas, también. Sueños, casi infinitos. Muchos, quizás sólo algunos, cimientos, tiemblan. Terrorismo. Atentados. Represión. Crisis, crisis, crisis...Insultos en cascada. Descalificaciones. Mentiras y verdades que tejen el día a día. Luchas también pacíficas. Silencios. Avances. Retrocesos. Enquistamientos. Engaños. Envidias. Envidia a mansalva. Resentimientos. Olvidos. Perdón, también perdón.
Y en ese tiempo, que parece incierto, atroz y gris, una pequeña foto de apenas cuatro o cinco centímetros de lado, de alguna revista en color no identificada, se convirtió en una ventana abierta a la vida, a la Naturaleza prístina y llena de color. Era la llave que abría la puerta pesada del día a día y conducía a un techo en lo alto de una selva, de un bosque, de una sierra...
Aquella foto era como una batería o un motor capaz de sacar a aquella persona de su tristeza, de su soledad, de sus miedos, de su dolor. Aquella foto de un lince, de apenas unos centímetros de lado...¡era en realidad tan grande!¡Era tan, tan profunda!¡Significaba, sobre todo, el futuro, que se abría frente al horizonte cercano, oscuro y casi indivisable! ¡Era la paz interior rodeada de trincheras y armaduras! Aquella pequeña foto de un lince era un camino placentero e instantáneo, un sueño, un sustituto de otras realidades que estaban lejanas.
¡Una pequeña foto de un lince!¡Era en realidad tan grande!¡Era tan, tan profunda!

miércoles, 21 de agosto de 2019

Propuesta de creación de una "Asociación pro comunicación", osea, Guasap, no gracias"

Corre el año 2019.Vivimos tiempos de cambios muy rápidos. Aunque en el fondo todo sigue casi igual. Desde hace unos años los móviles, con todas sus variantes, se han metido en nuestras vidas. En realidad los hemos metido nosotros y nosotras. Lo que supone un móvil es mucho: un teléfono ya con agenda, un reloj, cronómetro, despertador, calculadora, brújula con GPS, cámara de fotos y vídeo, grabadora, cuaderno de notas, calendario y acceso a internet, con todo lo que conlleva. Puedes buscar cualquier cosa en segundos, escribir correos, mensajes de texto, o usar otras aplicaciones como "guasap", "telegram" y demás. Puedes tener vídeo-conferencias o interaccionar en las llamadas redes sociales. 
Socialmente es "lo que nos faltaba para el duro". Leí hace unos años que era la ruptura de todas las fronteras, la posibilidad de no estar nunca más solo...¡impresionante! Curiosamente lo que nos puede acercar, nos aleja, nos aísla, nos enroca, nos encapsula, nos aprisiona, nos ata, nos amordaza, nos esclaviza...
Así, el llamado "guasap" o "guasa" se ha convertido en poco menos que el verdadero yo, en nuestro "alter ego". Te dicen que si no lo tienes, no estás, no existes, eres un troglodita, un neandertal, no estás al día, en la onda y otras cosas por el estilo.
Se da la circunstancia de que se ha extendido también su uso en los trabajos, contraviniendo claramente las normas incluso institucionales en muchos casos. Imaginemos que una citación médica o una multa se nos comunicara por este medio.
Esas personas que parecen no poder vivir sin el invento en cuestión, "el guasa" no dan señales de ser conscientes de lo que dicen. Puede que estén recriminando a una persona suficientemente hábil en las llamadas tecnologías de la información y la comunicación y que se pongan en evidencia con su escaso o nulo dominio. Tampoco se dan cuenta muchas personas de que hay otras alternativas como el correo electrónico, también gratuito, el mensaje de texto, otras aplicaciones como "Telegram", el teléfono, la carta y, por supuesto, el contacto humano. No hablaremos ya de "tuiter", "fliquer" o los diferentes tipos de "blogs", por citar algunos. Es como si todos tuviéramos que vivir en la misma super-carretera para poder llegar rápido, parar, soltar el ...¿mensaje? y salir corriendo otra vez.

Un poco en broma digo que hay muchas personas que ya son irrecuperables y que, otras muchas, todavía están a tiempo de salir de esos tentáculos pegajosos y que tanto nos quitan. Por ejemplo, intimidad, privacidad, sentido de la individualidad. Pero además está la banalización de la comunicación, de las propias relaciones humanas, del contacto entre personas. Está el tema lingüístico -sí, soy maestro de escuela, me gustan y me preocupan estas cuestiones-, me importa el lenguaje, el idioma, las formas...
Está el derecho de cada cual a estar sólo dónde y cuándo quiere estar. ¿No es un derecho fundamental? Está el derecho a ser tenido por una persona, por un vecino, por un habitante, por un conocido, por un amigo o un familiar o un trabajador o un cliente o usuario sin tener que estar o tener "guasa", "feisbú" o lo que sea. 
Todavía estamos a tiempo. Y ya no lo digo en broma. Me parece que cada día nos cuesta más trabajo mantener una conversación, que, como se sabe, conlleva ineludiblemente, el acto, precioso, de escuchar, por ejemplo. 

lunes, 17 de junio de 2019

La próxima vez, imagínate que tengo seis patas...

Una mujer está viendo las fotos que ha hecho su marido en la comunión de una sobrina. El fotógrafo en cuestión es muy aficionado a la Fotografía de Naturaleza, en general y, últimamente, a los insectos, en particular. 
-¡No estoy en ninguna foto!
-¿Cómo?
-¡Nada! ¡No me has sacado en ninguna!
-¡Pero si te lo dije varias veces y te ibas o te quitabas!
-¡La próxima, imagínate que tengo seis patas!
-¡La próxima tienes que pensar que no soy insectívoro!

jueves, 4 de abril de 2019

El tufo de "El silencio de otros"...de TVE2...

Ahora mismo, a las 22:18 del jueves, cuatro de abril de 2019, en TVE2, se está emitiendo un programa tipo documental titulado "El silencio de otros", otra falsa historia de España, sin restarle los datos ciertos que contenga. Desde el respeto al dolor de las víctimas y el deseo de concordia y tanta Justicia como sea necesaria, todo me lleva a pensar que se trata de una pedrada más, de una falsa forma de retratar el pasado que llega a nuestros días.
El texto leído con el que se inica el relato es sencillamente una burda farsa, superpuesta con imágenes de la guerra civil de 1936, con los fusilamientos de 1939, es de suponer, y con el encuentro de Franco con Hitler en Hendaya, con una sonorización marcial que remarque más aún el mensaje que se quiere lanzar.  ¿Qué pasaría si se hiciera lo contrario? ¿Imaginamos unas imágenes semejantes, con noticias de aquellos violentos años y con los otros protagonistas? ¿Podríamos ver a Stalin con una resonorización que lo acercara más aún a una idea bélica y a los horrores de la guerra?
El relato sigue faltando a la verdad o sencillamente añadiendo ideas sin sentido, como que nunca se les dijo en la escuela lo que había ocurrido...y que sus padres tampoco se lo habían contado y entonces ya nunca sabremos lo que ocurrió...Después, se van sucediendo temas, historias y fragmentos de realidades con las que se quiere dibujar una realidad de lo más deformada, sin que, repito, esos fragmentos tengan necesariamente que ser falsos. 
En la ensaladera se mezcla a Pinochet, con Franco, con el policía torturador Billy el Niño, con los represaliados del franquismo, con lo ocurrido en la Transición...Resultado: ensaladilla rusa pero vestida de democracia parlamentaria baja en calorías, suave y respetuosa con el entorno...humano.
Es curioso porque mientras aparece tantas veces Franco no se mencionan los asesinatos de comunistas exiliados a manos de comunistas exiliados también compatriotas...por ejemplo. Es uno más de los pequeños pero clamorosos silencios, los otros silencios, de los que no habla este programa. Por cierto, penoso el Chato, diciendo eso de"¿Cuándo veremos en España colegios entrando en la Dirección General de la Policía diciéndoles: mira, aquí torturaron al Chato?
En fin, una pena. Pero solo una más de la larga ristra...

jueves, 14 de marzo de 2019

Sobre el Día de la Mujer, desde la crítica.

El Día de la Mujer Trabajadora se venía celebrando el 8 de marzo de cada año. En algún momento reciente, se cambió por el Día Internacional de la Mujer. Ahora, en 2019, si no estoy mal informado, se trata de la Semana de la Mujer, que culmina con la mencionada jornada en defensa de la Igualdad entre hombres y mujeres.
Me llamó poderosamente la atención que el año pasado para esta fecha tan señalada se convocara una huelga general, creo que por el partido político Podemos, cuyo secretario general es un hombre, por cierto, y cuyas tres principales figuras fundadoras fueron, igualmente tres hombres. Me llamó la atención porque no le encuentro sentido pero, sobre todo, porque se decía que era una huelga para las mujeres...es decir, una semi huelga general, una hemi-huelga general o una femi-huelga. 
Hoy, ocho de marzo de 2019, viernes, desde este remoto, humilde y solitario ventanillo por el que me asomo al mundo, me arriesgo a esbozar unas críticas sobre lo que estoy viviendo y viviendo en torno a este día de la Mujer. 
Así, lo primero que tengo que decir es que me parece que se está produciendo una utilización partidista, sindicalista y hasta economicista del Día de la Mujer. Por supuesto, el feminismo está haciendo lo propio, sin que sepamos las razones para ello. Me explico. Las consignas, las frases, las declaraciones, los manifiestos, las ruedas de prensa, los comunicados...transmiten una idea de lo más impropio...Inacabado...

miércoles, 27 de febrero de 2019

Claro que habría que prohibir el fútbol en España...

Tantas veces he dicho, en privado pero también en público, que creo que se debería prohibir el fútbol en España que ya ha llegado un momento en el que he pensado que debería dar un paso más y explicarlo. El fútbol es un deporte aunque además se haya convertido en un espectáculo de masas de primer orden en muchos países, territorios, sociedades y grupos. Y además, es una especie de "pasión" demasiado desbocada en tantos casos que hacen aconsejable que pensemos si es "normal" o sencillamente "lógico". Como espectáculo de masas el fútbol, es decir, todo lo que hay alrededor viene produciendo verdaderas aberraciones humanas, sociales, económicas, urbanísticas, políticas, informativas, emocionales, periodísticas, educativas, ambientales, culturales, éticas...Y eso está ahí, si se quiere ver como si no. Con un simple insulto, con una frase más o menos ingeniosa se puede zanjar todo lo dicho. Hasta hace muy poco se aludía, por ejemplo, a la sexualidad de una persona para descalificarla, y asunto terminado. O se achaca la "rareza" del osado crítico, y ya está. Sin embargo, la cuestión es de gran importancia. Ver lo que ocurre en España con el fútbol es verdaderamente penoso pero, lo que más duele es el atronador silencio de la inmensa mayoría de personas a las que no nos gusta nada y que tenemos que sobrellevar esa carga de ruído, de imágenes chillonas, de realidades que rayan lo obsceno y lo injusto y que se cuelan a cada instante en nuestras vidas.
Hace unos días, sin ir más lejos, en una emisora de radio nacional, el periodista decía algo así como "Iniciamos hoy nuestro espacio informativo dedicado al deporte enfocando principalmete el fútbol..."¡Sorprendente! ¿Hoy? Pero si es todos los días y a todas horas. Pero si se cambian hasta los horarios de los trabajos y de los transportes para determinados eventos. Pero si se informa más del fútbol que de lo que pasa en el Congreso de los Diputados o en el Senado o en el Consejo de Ministros. Si de dedica media hora en el mejor de los casos a hablar de todo lo divino y lo humano, lo nacional y lo internacional, y otra media a hablar de fútbol...Si tenemos, por hablar de deportes, campeones y campeonas de Europa y del mundo de un montón de deportes y no los conoce nadie...
Pero ¿y la agresividad que genera? ¿Nos lo hemos planteado alguna vez? ¿Es normal? Ya sé que muerto el perro...no necesariamente se acaba la rabia pero algo habrá que hacer.
No entiendo esta sociedad en la que un futbolista es más importante que un médico, que un albañil, que un panadero o que un ama de casa...que pone hasta el aperitivo para que alguien se siente a gritar frente a un televisor. No entiendo este mundo en el que a diario vemos a gente manifestándose y quejándose y nunca he visto nada en contra del fútbol, aunque seamos mayoría. No entiendo que podamos escatimar tanto dinero para tantas necesidades y que no se haga con el fútbol. No entiendo lo que viene pasando en los pueblos y ciudades de España con sus equipos, con sus gastos, con sus fichajes, con sus empresas en torno a este cuasi-circo romano. No puedo compartir ese sentir de pertenencia a un país que se paraliza o se enerva por estas razones y no por otras mucho más importantes. Lo siento. Creo que ya ha llegado el momento de empezar a desmontar esta gigantesca falacia de ídolos, semi-dioses, manejados por unos pocos, para disfrute de una masa que no quiere reaccionar a otros estímulos.
Desde luego es evidente que el fútbol debería estar prohibido en colegios e institutos y que las instituciones públicas deberían hacer lo propio. Visitemos una biblioteca pública, un centro educativo público, un centro de mayores, una sala de urgencias y luego pensemos lo que se podría hacer con la ingente cantidad de dinero y recursos de todo tipo utilizados en el fútbol.
En fin, una pena el reflejo que proyectamos de la sociedad más culta, más rica y más preparada de todos los tiempos.
¿No es sorprendente que se pueda objetar en la declaración de la renta si se desea que se destine una parte de nuestros impuestos a la Iglesia Católica y que no se pueda hacer lo mismo con el fútbol?¿No es sorprendente que un futbolista pueda eludir la cárcel llegando a acuerdos económicos con la Justicia o la Hacienda Pública? Otra opción sería que se construyeran ellos mismos, las estrellas de la camiseta y el pantalón corto, sus propias cárceles, como las mansiones en las que viven, pero con la particularidad de que las vigilásemos con dinero público.¡Madre mía! ¡Aberración tras aberración!

lunes, 18 de febrero de 2019

Sentimientos y palabras, 2. Juzgar, para los jueces.

Muchas veces, consciente o inconscientemente, hacemos daño a otras personas, o nos lo hacen a nosotros. Estamos, en general, muy acostumbrados, a opinar casi de todo y, de alguna manera, a juzgar. Y eso conlleva un riesgo muy considerable y un impacto que suele ser negativo. Juzgar o evaluar no es tarea fácil. Los jueces y todo tipo de expertos que se dedican total o parcialmente a realizar valoraciones, evaluaciones o juicios lo saben bien. Si de lo que se habla es de personas, esas situaciones son más difíciles aún. No es lo mismo decir si un objeto o sustancia, una planta, un animal, un alimento...es bueno o no, si nos satisface, si se ajusta a lo establecido o esperado que hacerlo refiriéndonos a nuestros semejantes. Y, hablando de semejantes, la distancia es un mundo. No es lo mismo juzgar a una persona que vivea mil kilómetros que a la que vive, por ejemplo, en tu misma calle o edificio.
Desde el mundo del pensamiento, de la psicología, de la religión, de los principios y valores humanos se nos inculca, o se intenta al menos, que no se debe juzgar a nadie, pero la realidad no parece entender esas normas. De manera que es "lo más normal del mundo" que estemos siendo juzgados en todo momento y que, a su vez, nosotros hagamos lo mismo. Y de alguna manera, cuando se juzga se dicta sentencia. Y lo preocupante puede ser que hay sentencias firmes pero, sobre todo, erróneas y malintencionadas, deliberada o indeliberadamente. Me explico. Una persona puede tener o sentir envidia -"coseja" que se llama-, celos, manía, rencor, resquemor, miedo, desconfianza, desapego, antipatía...y no ser consciente de esos sentimientos. De manera que puede estar llevando una conducta negativa o "tóxica", como se dice ahora, contra otra persona y pensar o decir que en realidad la quiere mucho, la aprecia, la admira, le gusta, o que lo hace por su bien, con el clásico "quién bien te quiere te hará sufrir"...
Lo cierto es que hay personas que se pasan la vida emitiendo juicios a diestro y siniestro, independientemente de la profesión -incluso de fé-, el status, el nivel cultural o el halo de santidad o maldad que los acompañe. Y esas formas tan peculiares de clasificar, de nombrar, de categorizar, de encasillar... son verdaderamente dañinas.
Retirarse es una opción aunque quizás no sea la mejor. Enfrentarse es otra. Hacer ver que ese no es el camino parece más adecuado, aunque hay personas que no están dispuestas a aceptarlo. Como las hay que tienen toda una cohorte que son, en realidad, parte del problema. Se encumbra a alguien muchas veces y se va generando una guardia personal, un perímetro cuasi policial, formado por la familia, los compañeros de...lo que sea, las amistades, la clientela, los admiradores...
Es muy posible que este tipo de conductas tengan una base, o cierta base, al menos, cultural. Sin embargo, es también plausible que existan componentes psicológicos relacionados con patologías, con complejos, con síndromes, con traumas más o menos ocultos o latentes, con las sinuosidades del carácter, ese escudo o coraza, que decía Ortega y Gasset, creo recordar.
Una persona sana no va por ahí descalificando a placer, ni poniendo etiquetas peyorativas, ni ridiculizando, ni placando al otro, ni minimizándolo ni estigmatizándolo ni marcándolo ni señalándolo...Una persona que ama no hace ni dice esas cosas. Un creyente, un católico, si lo hace, se olvida de la regla número uno de su religión, "amarás al prójimo ..."


domingo, 17 de febrero de 2019

Auto-adscripciones ideológicas políticas y partidistas, y el factor tiempo.

Hace ya muchos años desde que empecé a pensar en las razones por las que las personas nos auto-adscribimos a determinadas ideologías políticas y partidistas. Parece evidente que la familia tiene mucho peso aunque no siempre se siguen las directrices familiares. En realidad, frecuentemente hay personas de todos los colores o siglas en muchas familias. Son muchas las causas que nos empujan o nos detraen de determinadas opciones. La mayoría de la gente, a mi juicio, no suele hablar de estos temas, salvo en círculos cercanos. Con paciencia y atención se puede ir conociendo ese entramado de hechos, sentimientos, decisiones, idas y venidas.
Por si fuera poca la dificultad para entender ese mundo de ideas y deseos, al introducir el factor temporal la cuestión se complica.
Así, siempre he oído decir que con la edad la mayoría de la gente se hace más conservadora. Sin embargo, también he oído muchas veces que con el paso de los años nos vamos haciendo menos radicales, más comprensivos y condescendientes. Idea esta que choca con otra muy extendida que viene a decir que los años nos hacen más exigentes, más impertinentes incluso y, por lo tanto, menos comprensivos.
Se decía que los jóvenes revolucionarios serán los conservadores del mañana. En el caso concreto español hay otros factores que han sido y siguen siendo determinantes en estas auto-adscripciones. Me estoy refiriendo al todavía pesado bagaje relacionado con la guerra civil. Independientemente de los cambios que se hayan podido generar lo cierto es que se mantienen lazos muy fuertes que afloran o pueden aflorar en cualquier momento. Basta una lectura de periódicos, o escuchar conversaciones y proclamas políticas para detectar esas conexiones con lo ocurrido hace ochenta años.
Un factor que no pasa inadvertido es el que tiene que ver con la religión, mayoritariamente, la católica. Nada más que añadir. Ya sabemos que hubo, hay y habrá de todo, como en botica, pero...
El nivel de renta, la profesión, la clase social (¿existen o no existen las clases sociales?)...pueden influir y, de hecho, lo hacen. A veces, muy poderosamente. Aunque haya tantas excepciones como sea necesario aceptar. Recuerdo esa pintada, repetida tantas veces, que decía que no había nada más tonto que un obrero de derechas...Desconozco el alcance real de tal afirmación. En similar terreno se mueven quiénes entienden que no puede haber "ricos" de izquierdas...o que incluso no son consecuentes con sus ideales por no repartir sus bienes.
He tenido la suerte de conocer a muchas personas muy diferentes. Así, mi visión se asemeja más a un cuadro puntillista o simplemente impresionista, con muchos colores, que a una imagen monocromática, "bi" o "tri" color.
Una sorpresa muy muy impactante me la llevé cuando conocí, por primera vez, a una persona que parecía ser más cercano al anarquismo que a cualquier otra ideología. Después la vida pero también mi forma de ser y de actuar, sobre todo, me propiciaron situaciones de lo más variopinto. He escuchado un repertorio muy variado de relatos vitales y de "confesiones" políticas. Algunas, consideradas hoy como delito.
Pero las realidades chocantes no pararon ahí. El día a día, la demoledora y apabullante cotidianeidad me fueron mostrando una abigarrada imagen que en nada se parece con concepciones sencillas o simplistas. El conocido como "cambio de chaqueta" se convirtió en ocasiones, en un verdadero pase de modelos, en un carnaval agitado.
Hubo una conversación que me proporcionó una visión diacrónica interesante. Una persona se declaraba abiertamente progresista  y de izquierdas. Sin embargo, me puntualizaba, si hubiera vivido aquellos años de la II República él no podría haber estado en el bando de izquierdas, por diferentes razones que no vienen al caso.
Ese tránsito preterible lo he detectado en más ocasiones, aunque no fuera enunciado con tanta claridad.
Lo que es evidente es que una cosa es votar, otra es decir lo que se ha votado o no decirlo, otra, lo que de verdad se quiere -que suele ser lo mismo en el fondo en la inmensa mayoría de los casos, por cierto-, otra, que se cambia en muchas ocasiones a lo largo del tiempo por un sinfín de causas, otra más es que no es fácil, de entrada, afirmar, si se es o no consecuente con lo que se dice y se piensa. No hay, o no conozco, escalas u otras herramientas o metodologías para determinar si una persona es verdaderamente de derechas o de izquierdas en este sentido tan estenoico que utilizamos hoy. He defendido muchas veces que en un mundo tridimensional hablar de una imaginaria línea recta es verdaderamente empobrecedor. Algo similar ocurre con la asignación de colores en un mundo como el nuestro. Así, se puede entender que políticamente me haya declarado mayoritariamente daltónico, con una fuerte tendencia al verde.
Adentrarse en la adecuación del esquema elemental de derechas e izquierdas con nuestras formas de vida es terreno más que pantanoso. Profundizando un poco nos chocamos con esa concepción de la carga sociológica de la que generalmente no se quiere hablar. Así, nos encontramos con todo un mundo paralelo, subparalelo o epifenoménico que no hace sino demostrar que el color de unos calcetines, si es que se usan, suele tener muy poca relevancia.
En unas jornadas universitarias con motivo del aniversario de la II República Española un profesor con profundo conocimiento en la materia, y además dilatada experiencia profesional en el terreno de la política, nos dio una verdadera lección a la media docena de asistentes, contando entre esas seis personas a otros tres profesores ponentes. Nos dijo, por ejemplo, que no se puede juzgar el pasado con los criterios del presente, que el discurso actual de la izquierda no se parece en nada al de aquellos violentos y tensos tiempos, que no se puede pensar que los llamados adversarios políticos son "tontos" y ponía ejemplos concretos...
En fin, el refranero nos ofrece máximas muy esclarecedoras, con ejemplos como "obras son amores y no buenas razones" y otros por el estilo. En estos meses en los que las campañas electorales lo envolverán casi todo no está de más recordar que quizás haya que redimensionar a la baja ese bombardeo de palabras.

Bozales y carlancas.

Los seres humanos somos, en muchos aspectos, verdaderamente complicados. Ayer, una persona en el bar decía que había personas que tenían que llevar bozal para que otras pudieran quitarse las carlancas. Un extraño juego de equilibrios, entre la tensión continua.

viernes, 1 de febrero de 2019

Sentimientos y cuestión de palabras, a propósito de "Bagdad Café".

Viendo "Bagdad Café", esa película maravillosa, le surgieron unas preguntas interesantes. Así, se planteaba si era lo mismo el amor que el cariño familiar. Si había un nexo objetivo entre la sangre y esos sentimientos, si las meras palabras podían ser, como decía aquel poeta, un obstáculo o incluso un arma de doble filo. ¿Podía el nombre de un sentimiento modificar la realidad? ¿Una palabra sirve para oscurecer una vida? Al final, no son las realidades del color que las queremos ver. Esos colores del bar de carretera polvoriento ¿son reales? ¿Y nuestros recuerdos? ¿Coinciden con la realidad? Ese arma arrojadiza que vuelve, ¿qué es?¿un mal momento incrustrado, tallado, bruñido, grabado, marcado, esculpido, tatuado...?¿una herida que no cerró bien?
Se puede hablar de amor, de querer, de encariñarse, de dar cariño...pero ¿vuelve el recibido con la misma moneda? ¿La magia de quitar una cartera y devolverla al rato es como la carga afectiva recibida? ¿Hay que devolverla o no hay que devolverla? Como un simple saludo, un comentario, una sonrisa, una mirada, una simple palmada...¿Son de ida solamente? Jasmin quita y devuelve con gracia y alegría. Limpia y calla. Hace el café, cocina y ordena...escucha y valora...No es nadie, una solitaria más, una náufraga en un mar de arena y polvo, una clienta que paga. Al principio un incordio y después una razón de ser.
Brenda es la rueda de una máquina que no para de girar, y ya chirría a cada movimiento...
Y así pueden ser tantas y tantas vidas, con esos colores difíciles de creer, de entrada. Cielos azules, rojos, anaranjados, verdes, marrones, ocres, grises, negros...y cada color, con miles de tonalidades, son en realidad, inmensos mares de formas de sentir y de hacer sentir a los que están alrededor.
Una vez, en una discusión, una persona recriminaba a otra la falta de amor (querer) y la persona increpada se defendía con el escudo verdaderamente fuerte del respeto...
Pero como el bumerán, las vidas van y vienen, se cruzan, se acercan, se alejan, se acaban de golpe, no se vuelven a cruzar...se choca con un depósito de agua o se acaba en la mano jovial, que lo recibe con amabilidad, con franqueza...
Resumir una vida o unos años o la simple convivencia con una palabra es muy, muy complejo. Es como trazar el perfil de alguien con una brocha gorda en un pequeño papel. Simplificar está bien en Matemáticas y, muchas veces, hasta en las conversaciones. Pero tiene un riesgo alto. Desde luego Jasmin, en la película, limpia, ordena, trabaja, acompaña, ayuda, se preocupa, cocina, paga, ríe, escucha...hay quiénes opinan que lo de menos es cómo se llame "eso"...que lo importante es que "eso", se haga.