viernes, 7 de septiembre de 2018

La tosca falacia no merece la pena discutirla.

Cuando nos encontramos con mentiras y toscas falacias no merece la pena discutirlas. Es una pena porque a veces no se sabe si son fruto del desconocimiento o no. Pero tener que entrar a discutir sobre lo que pasó en 1936, por ejemplo, es verdaderamente penoso. Leer el artículo de Carlos Hernández  en www.eldiario.es del 30 de agosto de 2018 "Franco: datos frente a la demagogia negacionista" es tan penoso como ver un programa de Guayomin y Dani Mateo. 
Algo parecido ocurre, salvando las distancias, con los antitaurinos que, portando fragmentos del Guernica de Picasso piden a los asistentes a las corridas de toros "más cultura y menos tortura" o que se compren libros, y estupideces por el estilo. 
Sin embargo hay personas con las que da gusto discutir, aunque puedan estar en las antípodas, eso es lo importante.

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