Un alumno y un profesor universitarios conversan sobre lo divino y humano. Llegado el momento, el alumno, recordando que está hablando con un profesor universitario y aprovechando que ya ha aprobado su primer curso de carrera, inicia su particular lapidación.
-Oye, tú que la conoces bien, quiero decir, por dentro, la universidad española está fatal, pero fatal, me quejaba yo, bueno, yo y todos mis compañeros, del instituto, pero vaya tela, ¡qué desastre!, ¡que pasotismo!, por no decir abandono, hay alguno que se salva... pero vamos, ¡¡¡fatal!!!...la motivación es como si no existiera...
-Bueno, hay cincuenta y tantas universidades españolas y somos miles los profesores pero, si quieres, podemos hablar un poco también de los alumnos...
-¿Cómo?
-Sí, que también podemos hablar del alumnado, ¿o no?
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